Bob vs Magglio, la comparación
Les anexo a continuación un artículo muy interesante, publicado en el diario Líder en Deportes por Carlos Valmore Rodríguez, sobre la comparación entre las carreras de Bob Abreu y Magglio Ordóñez.
Para mi es un artículo muy interesante y lo reproduzco íntegro. Espero lo disfruten.
Magglio Ordóñez y Bob Abreu nacieron en 1974 en el seno de familias provincianas venezolanas, debutaron en el beisbol profesional criollo en la temporada 1991-1992, se graduaron de Grandes Ligas con apenas un año de diferencia, lograron refulgentes rendimientos en las mayores con estadísticas bastante parecidas, fueron asignados para cubrir el rightfield y se convirtieron en ejemplos de toleteros capaces de dar jonrones sin sacrificar sus elevados promedios al bate. Sus carreras son mellizas, y, como los gemelos monocigóticos, han empezado a sincronizar sus biorritmos.
Es así como a dos de los paleadores más integrales en los avatares de la pelota nacional se les han perdido los jonrones simultáneamente y en este momento acumulan dos vuelacercas cada uno. Si hacemos caso a las proyecciones, Abreu y Ordóñez terminarán la presente zafra con seis bambinazos, que sería la cifra más baja para ambos en una zafra completa arriba. Abreu tiene la justificación de que ahora es segundo en el orden al bate, un puesto del lineup que exige sacrificio y no reclama poder. Ordóñez, en cambio, se mantiene en el corazón del lineup de los Tigres de Detroit, luego tiene la obligación de golpear extrabases; no obstante, suma apenas ocho dobles y dos bambinazos.
No vayan a creer que se hace de la vista gorda. “Espero comenzar a batear pronto”, dijo el falconiano hace unos días a la prensa de la Ciudad del motor. “El beisbol es un negocio, si no produces te botan rápido. Últimamente me estoy sintiendo bien, creo que el swing ha regresado”.
Abreu, por su parte, se toma con calma la sequía de conexiones largas. “He estado conectando bien la bola, sólo que no la estoy elevando”, apuntó el aragüeño a los reporteros que siguen a los Angelinos de Los Ángeles. “Soy el mismo, me estoy concentrando en darle duro a la pelota. No es un problema, no quiero hacer de eso una preocupación. Ya saldrán”, remató en relación con los vuela vallas”.
La mengua de los jonrones podría ser una semejanza coyuntural entre estos dos astros, pero hay otros paralelismos que son estructurales, esenciales. Uno de ellos es la capacidad para remolcar. De por vida, la diferencia de empujadas por ambos es de apenas cuatro fletes, 1.112 para Abreu y 1.116 para Ordóñez. Tanto uno como el otro acumulan siete campañas con al menos un centenar de anotaciones generadas. Magglio tuvo su primera cosecha centenaria en 1999, Bob lo secundó dos años más tarde. Uno a la zurda, el otro a la derecha, estos dos criollos han logrado erguirse como constantes productores.
El alto promedio es otro punto en el que Bob y Magglio se cruzan. Los dos tienen averages vitalicios de tres centenas, si bien Ordóñez tomó cierta ventaja con su .363 de 2007, que lo coronó campeón bate de la Americana. Abreu también reúne siete ediciones completas con average de .300; Magglio le gana por una nada más. “Yo creo que la experiencia lo ayuda a uno a batear avisado, a saber lo que te van a tirar. Esa ha sido una de las claves”, indicó Ordóñez a propósito de su gesta de hace dos certámenes. “Para mí es algo muy importante mantener el promedio”, ha señalado Abreu, quien atribuye su facilidad para conectar a su paciencia en el plato y a muy buenos maestros.
Eso hizo de Abreu el quinto criollo con dos millares de indetenibles en la gran carpa, detrás de Luis Aparicio, Omar Vizquel, Andrés Galarraga y David Concepción. El sexto será seguramente Ordóñez, quien atesora 1.886 y que si apura el paso puede llegar a esa marca el mismo año que su “morocho” caraquista. Por cierto, los dos han ganado Bates de Plata. Y, otra cosa, compartieron la custodia del jardín derecho de Venezuela en el segundo Clásico Mundial de Beisbol.
Magglio nunca ha incluido en su arsenal la velocidad en las bases, mientras que Bob sí. Abreu ha hecho de los boletos un gran aliado y de allí su OBP vitalicio de .405, el octavo más alto entre los activos. El sello distintivo de Magglio no es su OBP (.371), sino su constante contacto. Ordóñez jamás se ha ponchado más de 100 veces en un torneo y su tope fueron 87 en 2006. En cambio Abreu ha sido fusilado cien o más veces en 11 de sus 16 campañas (sus 1.435 K es la novena cifra más alta entre los peloteros en servicio). Aunque de personalidades distintas, extrovertido Abreu, más bien tímido y reservado Ordóñez, ambos están terminando de construir grandes carreras; dos torres gemelas que se ven desde lejos en el horizonte del beisbol venezolano.
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