Deporte y política se mezclan en Irán
En estos momentos estoy leyendo una noticia, cortesía de Europa Press, que no me causa tanta sorpresa como indignación, pues es un ejemplo de lo que pasa cuando la intolerancia es la norma en un gobierno.
Cuatro de los seis jugadores de la selección iraní de fútbol que lucieron muñequeras verdes, el color de la campaña del líder opositor Mir Husein Musavi, en un partido contra Corea del Sur la semana pasada han sido expulsados del equipo y no podrán volver a ser convocados. Los jugadores involucrados en este suceso son Alí Karimi, de 31 años; Mehdi Mahdavikia, de 32; Hosein Kaabi, de 24; y Vahid Hashemian, de 32 años.
Según comenta EP, después del descanso del encuentro casi todos ya se habían quitado las muñequeras, porque al parecer habían recibido algunas presiones. El único que no obedeció fue Mahdavikia, quien siguió llevando el brazalete de capitán de color verde durante todo el partido.
Además, según publica hoy el diario británico The Guardian, se dice que a los cuatro futbolistas “jubilados” también se les ha prohibido conceder entrevistas. Para completar el castigo, las autoridades no han devuelto a ningún jugador de la selección sus pasaportes después de regresar a Teherán tras el partido, que acabó con empate a uno, lo que deja fuera a Irán del Mundial del año que viene en Sudáfrica.
El gesto de los futbolistas iraníes en el partido en Seúl fue seguido por millones de espectadores que estaban viendo el partido en esos momento y desde el primer momento fue interpretado como un apoyo al ex candidato Musavi, que ha denunciado fraude en las elecciones del pasado 12 de junio que dieron la victoria al actual presidente, Mahmud Ahmadineyad.
La prensa iraní más crítica ha incluso vinculado las muñequeras verdes de los jugadores con la detención el sábado de Mohsen Safayi Farahani, quien presidió la federación nacional de fútbol durante el gobierno del ex presidente reformista Mohamed Jatamí.
Lamentable esta situación, pues en el grueso de los países con regímenes democráticos es normal que todos puedan expresar sus opiniones políticas sin censura. No obstante, esta situación que se observa en Irán no es un hecho aislado, pues en los últimos tiempos han aparecido cada vez más regímenes que restringen diversas libertades, escudándose en falsos nacionalismos y justificando sus acciones por la presencia de un enemigo externo al que culpan de todos los males habidos y por haber.
Curiosamente, parece que todos ellos terminan aliándose. ¿Por qué será?
