De los Madrid – Barça y demás asuntos del fútbol
El mundo fútbol y en especial el del fútbol europeo está patas para arriba con la “orgía” de clásicos Real Madrid – FC Barcelona que hemos tenido y seguiremos teniendo en estos días. Nada menos que 4 clásicos en 3 semanas y todos han dado y darán mucho de que hablar. Y es que estos dos equipos, aparte de tener quizás las dos plantillas mas potentes del mundo (no digo que sean los dos mejores equipos) se tienen ganas por motivos deportivos y extra-deportivos (donde lamentablemente la política es uno de ellos).
El primero, con la liga casi perdida, fue utilizado por el entrenador del Madrid, José Mourinho, como un globo de ensayo para probar una forma alternativa de jugarle al Barcelona. Colocó a Pepe en la media cancha para “secar” a Messi y sacó la primera versión del “Madrid de Músculo”, con mucha presión sobre el receptor cuando el Barça pasaba de la media cancha y con esquema donde proponía posesiones de balón cortas y con mucha verticalidad. Al final y recurriendo a la heroica, pudieron empatar un partido en el que terminaron con 10 jugadores por segunda vez consecutiva contra los blaugranas y en el que los de Guardiola, jugando con su estilo, perdieron la oportunidad de machachar a los merengues.
En el segundo, correspondiente a la Copa del Rey, se vio a un Madrid intensísimo en el primer tiempo, con las líneas muy adelantadas, marcas personales sobre Messi, Xavi e Iniesta y varias ocasiones de gol claras. No obstante, en el segundo, con las fuerzas mermadas, el Barça se hizo amo y señor del choque y lo pudo haber decidido si no apareciera el “santo” Casillas, con sus paradas providenciales. Pero llegó la prórroga y el Madrid despertó nuevamente, llevándose el trofeo merced a un gran gol gestado por Marcelo y Di María, que fue rematado a las redes por Cristiano Ronaldo.
En el tercero, que vimos ayer, el libreto se parecía mucho mas al del primer partido. El Barcelona buscando la posesión, aunque sin arriesgar (Dani Alves no subía nunca por la banda) y el Madrid aguantando. Parecía que Mourinho había aprendido de la Copa del Rey que no podía presionar al Barça todo el partido y optó por aguardar y esperar, con la esperanza de mantener el marcador a 0 goles. Así llegamos al segundo tiempo y Mourinho decidió que era tiempo de buscar mas arriba al Barça, con la entrada de Adebayor y comenzaron a crearle problemas en la salida al rival, hasta que mientras se preparaba el ingreso de Kaká por Lass (según confirmó el propio Mou) vino una jugada que cambió el partido. En una jugada con el balón dividido y luego de varios enfrentamientos entre jugadores, Pepe le entró con plancha a Dani Alves, el arbitro mordió el anzuelo y le sacó la roja al luso-brasileño, lo que rompió definitivamente el partido. Allí Guardiola si fue a por la yugular y desató a todos sus efectivos que habían estado contenidos hasta ese momento y vino lo que se esperaba, cuando Messi en dos ocasiones (la segunda de Play Station), le puso el sello al pase de los culés a la final de Wembley, porque no nos engañemos, este 0-2 en casa no lo remonta el Madrid ni sus mejores sueños antes de despertarse.
Así las cosas quería dejar para el final el análisis de varios puntos que quisiera destacar de estos enfrentamientos:
- José Mourinho está convencido de que no le puedes ganar al Barça disputándole la posesión del balón. El 5-0 lo atormenta aún…
- Josep Guardiola no es tan santo como quieren hacer ver. Es mas terrenal, como todos nosotros.
- La violencia desmedida que se ha utilizado por ambos equipos en los tres partidos, con reclamaciones airadas a los árbitros, enfrentamientos y demás, afean a ambas instituciones y ponen en peligro a la roja, aún mas luego de varios comentarios anti-españoles que dirigió uno de los jugadores.
- Las continuas simulaciones de agresiones son otro punto muy desagradable de estos partidos. Marcelo y Di María por los merengues y Dani Alves, Busquets, Pedrito y Villa por los blaugrana han irrespetado el lema “RESPECT” que teóricamente es el estandarte de todas las competiciones UEFA.
- La actuación de los árbitros puede y será criticada en estos días, pero los protagonistas no han ayudado.
- En el primer partido se sancionaron 2 penalties y debían ser 3 los sancionados, sino como se explica de que a Villa no le haya sacado amarilla.
- En el segundo partido el árbitro le sacó una amarilla a Pepe en una ocasión que no era ni falta y luego arrugó cuando si tenía que sacársela en una entrada a Piqué.
- En el tercero expulsaron a Pepe por una falta a Dani Alves en donde lo mas correcto era sacar una amarilla. El brasileño, para seguir con la simulación que ya había hecho Pedro, se retorció por los suelos como si le hubiesen fracturado, para volver luego al terreno como si nada. Mas tarde y en una jugada mas difícil para ver, Marcelo le clavó los tacos al extremo canario en una acción que la UEFA debería sancionar de oficio al lateral por agresión.
- La actitud de José Mourinho tiene su razón de ser, pues con ella agrupa a su equipo y a la afición “dura” a su alrededor, pero le hace un daño terrible a la imagen del Madrid. Cuando uno no es capaz de hacerse responsable por sus acciones y cargar con las culpas, cuando las tiene, buscando siempre achacárselas a otro es que o tienes un “locus de control externo”, es decir que considera que los demás rigen su destino (se debería tratar en ese caso con un psicólogo), o es muy hipócrita. En cualquier caso ha logrado que el Madrid haya pasado de ser un club respectado y amado en muchos lugares a ser un club aborrecido por estas “malas artes”.
- La suma de aciertos y errores arbitrales es claramente muy favorable al FC Barcelona en los últimos años (mas que a ningún otro equipo), tanto en la liga local como en las competiciones continentales. Si algo tienen que reconocerle a Laporta es que logró que su equipo consiguiera el favor de los que rigen el deporte. Que los rivales acaben con 10 hombres en momentos muy difíciles para los culés es en parte debido a su buen manejo de la pelota y su gran calidad individual, pero también en parte a decisiones muy cuestionables de los que dirigen los partidos…