La otra victoria (por J.M. Goñi)
En el lapso de quince días, Puyol ha levantado tres trofeos. Y de esa manera el Barcelona ha alcanzado una cumbre anhelada por muchos y conseguida por pocos: el triplete en una temporada (Liga, Copa del paìs y Copa de Campeones de Europa). Cinco equipos lo han logrado, pertenecientes a cincos países diferentes: Celtic de Escocia, Paris Saint Germain de Francia, Ajax de Holanda, Manchester United de Inglaterra y Barcelona de España. Y pasarán los años... Y este Barcelona será inmortal gracias a este logro.
Y sin embargo... Tal hazaña no es lo más significativo de la noche en suelo romano. Lo vital es la actitud de humildad con la que los principales protagonistas han asumido su momento de grandeza. Observar y escuchar a Xavi, Iniesta, Piqué, Puyol y hasta el mismísimo Messi, y sobre todos ellos Guardiola, es la más profunda victoria de un equipo que hace del fútbol un espectáculo digo de disfrute y placer. Y eso que ayer no tuvieron su mejor noche sobre el césped. Empezaron espesos... Pero anotaron con el primer balón peligroso en el área inglesa. Y a partir de ahí todo cambio...
Pep ha declarado que sin estos jugadores no habría éxito, lo cual considero que es cierto. Lo que él no dice es que muy probablemente, estos jugadores, sin su manera de ser y entender el camino de esfuerzo que el éxito requiere, tampoco serían lo que son hoy. El mister ha logrado que sus jugadores enamoren a millones de personas desde la utilización del balón sobre la grama, y lo más importante, ha inspirado un modelo de conducta ejemplar ante lo más difícil de asumir: el éxito. Lástima Laporta...
Ojala los padres y madres, entrenadores de infantiles, comunicadores deportivos, en fin, todos los ligados al hermoso mundo del deporte, sintieran la imperiosa necesidad universal de reivindicar el esfuerzo, la minimización de vicios, el respeto al profesionalismo, la grandeza de la humildad, la necesidad de sacrificio en la consecución de logros colectivos e individuales. Para todo ello podemos valernos de este Barcelona, capaz de llegar a millones de personas en un instante, y mostrar aspectos de nuestra más importante construcción: el carácter personal. El triplete es histórico; pero todo lo anteriormente mencionado es nuestra raíz, y bien merece ser mostrado con igual o más orgullo que las tres copas... ¡Sí, tres! Porque no había más competiciones en las cuales inscribir a este equipo...