La Liga – por José Miguel Goñi
POR LO EXTRAÑO
Supongo que a lo largo de la historia los habrá habido. Y entonces el Clásico de ayer será uno más de esos: de los extraños. Porque en la era Guardiola, cuando termina un partido del Barsa y gran cantidad de personas concluye que lo mejor fue Puyol y Valdés, es para pensar que algo raro ocurrió.
Y eso raro tuvo nombre: Real Madrid. Prácticamente todos los partidos hasta ayer jugados por los "merengues" han sido un cúmulo de individualidades y gran eficacia ante el arco contrario. De ahí su liderato. Pero anoche en Barcelona, por espacio de un tiempo - lástima para ellos que el partido ayer, también tuviera dos - transmitieron la sensación de jugar como un EQUIPO. Y claro, ante esta novedad, y las buenas incursiones de un inmenso Kaká, resultó que todos recordamos a ese extraordinario defensa que es Puyol. Y es que Iniesta, Xavi y compañía suelen embelesarnos a tal punto que olvidamos el coraje y tenacidad del capitán.
Y ya que estamos puestos a lo extraño, imagino que a más de uno le pareció eso, extraña, la decisión de sacrificar a Pedro por Henry. Comenzando la segunda parte el francés le cedería su lugar al recién llegado "Ibra" y éste se llevaría la gloria de aparecer en el marcador. Desborde de Alves, centro magistral y... algo más que los tres puntos a casa. Entró haciéndose el sueco, se coló entre los dos defensas y, desde que salió el balón, sabía que la iba a tocar con el interior de su pie izquierdo... ¡A celebrar!
Y cuando más se necesitaba de esa versión de "Equipo Merengue", extrañamente, se apagó. Lo cierto es que hasta contaron con ventaja numérica.
Debo pensar que es la falta de costumbre de "ser equipo" lo que les pasó, y se fueron desintegrando dócilmente, al punto que el Barcelona, sin grandes realizaciones de sus "cracks", terminó dominando el partido.
Para cerrar una "noche extraña", Alves volvió a regalar una tremenda asistencia - incluso mejor que la del gol - pero Messi no anda en demasía fino, y el de siempre, Iker, no desperdicia oportunidad para recalcarnos que es uno de los mejores en su posición.
En definitiva, el Barsa cuajó una semana perfecta: dos rivales prestigiosos, ambiciosos y necesitados de "buenas maneras futbolísticas", visitaron su feudo. Ambos se fueron derrotados. Y es que al final, el Barcelona lleva rato "siendo un equipo" y eso es una gran ventaja. Pienso que para los catalanes, su prueba de fuego vuelve a ser su rival más complicado de la pasada
campaña: el Chelsea. Y sé que los "blues" están pensando en ellos... Siempre pensando en el balón de Iniesta a la escuadra... Siempre esperando que regresen a Stamford Bridge... ¿Tendremos en 2.010 un nuevo capítulo?
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