De fútbol (José M. Goñi)

De fútbol (José M. Goñi)

Les paso un artículo de fútbol escrito por un buen amigo mío.  ¡Espero que lo disfruten!

De nuevo tres.

Así es. Otra vez serán tres los equipos de la Premier en semifinales de la Champions. Durante los días de Semana Santa le dije a mi amigo Freddy que el Porto eliminaba al vigente campeón; él me aseguró que no. Y tuvo razón. No sé, después de ver cientos de partidos, sigo siendo un romántico a quien le encantan las sorpresas. Y el equipo portugués tenía el resultado, la estadística y el juego para dejar fuera a los "diablos rojos". ¡Pero han sido muy "diablos"! Y con un golazo de Cristiano pasado el minuto cinco de juego han llegado a su destino.

Se eliminarán con el Arsenal, quien dejó fuera al Villareal. Fueron superiores y "no hay más". En El Madrigal hicieron un gran segundo tiempo, en el que empataron el hermoso gol de Senna y dejaron claro que mucho debía mejorar "el submarino" para superar los cuartos. Pero a la baja de Cazorla allá se sumó la de Senna hoy en los Emirates. Y el Arsenal entró concentrado, dispuesto a sentenciar y no dar opciones. Y no las tuvieron los españoles, quienes se van conscientes de haber realizado una bonita vivencia en Europa.

Y ahora hablemos de algo superior, la otra semifinal: Barcelona - Chelsea. También le dije a Freddy que el Chelsea dejará en el camino al todopoderoso Barsa; y también me dijo que no, que el Barsa viajará a Roma, para jugar frente al Manchester. ¡Ojala acierte mi gran amigo! Pero el hambre del Chelsea es increíble. Ayer el Liverpool, mis "reds", estuvieron a punto de voltear una eliminatoria que la trajeron cuesta arriba. Pero el Chelsea se apoyó de lo que conoce: garra, coraje, valor, y levantó el 0-2 hasta un 3-2. Y cuando de nuevo el Liverpool mostró de lo que es capaz, del orgullo de vestir una camisa especial e irse arriba 3-4, Lampard anotó por segunda vez y puso cifras definitivas a noventa minutos vertiginosos: 4-4 en Stamford Bridge.

Y el Barsa mientras jugaba con el reloj y la ventaja de 45 minutos impecables en Camp Nou. Y cuando Ribery anotó y los alemanes perdonaron, se encargaron de regalarnos un balón de dieciocho toques -¡sí, 18!- para que en el toque diecinueve llegara al fondo de la portería germana sin que algún jugador teutón la logrará tocar. ¡Golazo! De fútbol; de algo superior al resto. Pero enfrente estará el hambre del Chelsea, y la sapiencia de un entrenador que tiene vivos a los "blues" en tres competiciones, y a Rusia en la "pomada" para Suráfrica 2010.

Todos los caminos conducen a Roma, capital del Imperio. Iremos cantando el Dios salve a la Reina...