Luego de la llegada del piloto venezolano Pastor Maldonado a la F1, se ha comentado mucho acerca de la posibilidad que en Venezuela se vuelvan a disputar pruebas internacionales de importancia en el deporte del motor.
Unos meses atrás, luego de la segunda exhibición de Pastor Maldonado en el circuito improvisado de Los Próceres, el ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas, Farruco Sesto, confirmó a EFE que el Gobierno estudia aprovechar una parte de la actual Base Aérea de La Carlota para “tener un circuito eventual de tipo urbano” que pueda albergar carreras automovilísticas.
La propuesta de construir allí un parque fue lanzada por Chávez el 15 de julio del año pasado como un “regalo” y una “ofrenda” a la capital del país. Entonces, bautizó el nuevo espacio como Parque Bolívar, en honor al prócer independentista a quien debe el nombre de su autodenominada revolución, y propuso unirlo al parque dedicado al también prócer Francisco de Miranda, una joya paisajística diseñada hace 51 años por el brasilero Roberto Burle Marx. “Estoy empeñado de regalarle a Caracas otro parque. Un parque grande”, dijo en julio el presidente dejando la obra en manos de la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales (OPPPE).
Sesto aseguró que un grupo de técnicos de la OPPPE ya conversó sobre el proyecto con autoridades de la F1 el año pasado, aunque no especificó con quién, e indicó que, de hecho, el Gobierno está diseñando los tramos de asfalto del parque “con todos los requisitos que deben llevar ese tipo de circuitos”, dejando las puertas abiertas a esa posibilidad. “No vayamos a meter la pata en términos técnicos”, bromeó el ministro al puntualizar que eso no agrega ningún coste adicional a la inversión inicial de 100 MM Bs (23 MM US$) previstos para el parque.
El director del proyecto, el arquitecto Lucas Pou, detalló a Efe que el parque tiene “el ancho de pista y de longitud del circuito de 4,5 kilómetros” que pide la F1. “Pensamos que Venezuela tendría la posibilidad de ser la sede de un premio del Caribe”, señaló el arquitecto. “Si en Mónaco, en medio de una ciudad se puede hacer, con más razón este es un sitio que puede ser perfectamente controlado”, dijo Pou al resaltar que su equipo ha mantenido contactos con varias personalidades vinculadas al mundo del automovilismo como Jaime Nogué, diseñador del Circuito de Cataluña.
Estas declaraciones de Sesto y Pou, conviene que sean analizadas dentro del contexto actual de la economía global y de la F1 para determinar que tan viable es este proyecto. En los últimos tiempos se habló mucho acerca de otros 2 súper proyectos para traer la F1 a suelo americano. Los circuitos de Argentina y New Jersey se proyectaron para albergar la máxima competencia a partir del 2013, pero por motivos económicos se han cancelado o postergado estos proyectos.
En Argentina se estudiaron 2 alternativas, Mar del Plata y Zárate y en ambos casos se ha terminado por engavetar los proyectos debido a su elevado coste, unos 100 MM $. Según Carlos Naish, director ejecutivo de la firma Velociudad Speedcity, el proyecto de Zárate “tendría una academia de manejo profesional, una escuela de capacitación mecánica, un complejo hotelero 6 estrellas”, entre otros servicios, añadió. Según el empresario el circuito, de 4,7 kilómetros, cumpliría “con los estándares de seguridad y pavimentación conforme a la homologación grado 1, calificación óptima de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) y que será apto para todas las categorías profesionales a nivel internacional y nacional”.
Por otra parte, el proyecto de Mar del Plata, impulsado por el gobierno de la presidente Kirchner, “contaría con 18 curvas y la extensión sería de unos 5000 metros. El ancho sería de entre los 12 y 16 metros. Según simulaciones, el tiempo de vuelta sería de un minuto y 33 segundos, mientras que la velocidad promedio estaría cerca de los 193 km/h. Al final de la recta principal, ubicada en la escollera norte yendo hacia el mar, los monoplazas superarían los 321,1 km/h”.
Este proyecto, diseñado por el controversial Hermann Tilke, diseñador de los últimos trazados inaugurados por la F1 en Shanghái, Bahréin y Abu Dhabi, entre otros, había sido diseñado conjuntamente un equipo de ingenieros de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), y “tendría tribunas que se ubicarían a lo largo de la mayor parte del circuito con capacidad para albergar a unos 80.000 espectadores”, según detalla el informe del sitio especializado Corsa.
El proyecto de New jersey, por su parte, “tendría 5,14 km de largo, unos 50 metros de desnivel y se girará en sentido de las agujas del reloj”. El nuevo circuito, también diseñado Hermann Tilke, “estaría situado en Port Imperial, a las orillas del río Hudson y con unas impresionantes vistas de la ciudad de Nueva York”. Su costo aproximado de 100 MM €, lo colocarían dentro del rango del circuito de Valencia, aunque muy por debajo de los costos del circuito de Shanghái o el proyecto de Sochii, de 300 MM€.
La Federación Internacional del Automóvil (FIA) pone una larga lista de condicionantes que hacen que los proyectos, aun cuando sean urbanos, tengan un elevado coste. Deben poseer un mínimo de 3,5 y un máximo de 7 kilómetros por vuelta, una pista de 12 metros de ancho (15 en la recta de salida), la primera curva debe estar a más de 250 metros de la salida, no debe haber rectas de más de 2 kilómetros... Estas son algunas de las reglas básicas cuando se diseña un circuito, ya que una prueba de este tipo puede llegar a suponer entre el 60% y el 70% de sus ingresos anuales, como es el caso de Montmeló.
Al desembolso que supone construir la pista hay que sumarle cada año el canon que cobra Bernie Ecclestone porque el gran premio se celebre en ella. No es un canon fijo, sino que depende en gran medida de cuándo se firmó el contrato. De esta forma, llevar este espectáculo a Montmeló cuesta en la actualidad 17 MM € al año, mientras que a Valencia le salía por 20,5 MM € y New Jersey tiene firmada una cuota de 24 MM €. Además, cada vez que se vuelve a asfaltar una pista (cada 8 años de media) la factura sube a 2 MM €.
La pregunta lógica que uno se hace luego de ver estos datos es ¿saldrá rentable? La respuesta es que no siempre. En el otro lado, una pista como Montmeló consigue cada año más de 30 MM € por la venta de entradas. Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona calcula que la Fórmula 1 aporta unos 150 MM € a la hostelería de la ciudad. Además, cuando el Circuit de Catalunya cumplió 20 años en 2010, se calculó que su impacto económico había supuesto 1.500 MM €. Su construcción costó 36 MM €.
En el otro lado de la balanza y muy cerca de Montmeló se encuentra Valencia, que ha sido una ruina. Costó 110 MM €, de los que la Generalitat puso 85. El desembolso no se ha rentabilizado bien (el Gobierno regional tendrá este año pérdidas de dos MM €) y en 2013 no habrá Fórmula 1 en Valencia.
Por todo esto, uno puede plantearse una seria duda sobre si con los 23 MM US$ de los que habla Sesto se puede construir un circuito apto para F1 que sea además parque, centro de investigaciones, hogar de niños, etc. Adicionalmente, parece difícil que este gran gasto se pueda rentabilizar, considerando que para ser rentable, un circuito como Montmeló debe organizar no solo F1, sino GP2 y las competiciones de motociclismo de Moto3, Moto2 y MotoGP, además de las 24 horas Motociclistas de Cataluña Fórmula Q.
Espero que antes de meterse en este proyecto se estudien las implicaciones que tendrá para el país…